lunes, 20 de febrero de 2006

Con tres campanazos bastó



Se miró fijamente al ombligo después de enserrarse en el recuerdo de sus brazos. Respiró ondo dos o tres veces y así empezó denuevo el frío. Era enero según decían pero un 13 de julio le quedaría mucho mejor a la imagen pensó, y en ese invierno inventado no paraba de relatarse histoorias de nuevos principes azules y sabores de chocolates. Se enamoró las veces justas en su estadía en el escalón y volvieron a recaer sus pesares en sus ojos. Se la notaba hermosa en su soledad. Se apreciba en solemne mimetismo con el ambiente, pero sin embargo se dejaba embarrar el rostro cada tanto.
Detrás de un arbusto dos ojos la obserevaron, la miraron, la creyeron diosa , amor o ruido, se enamoraron, la desearon, la odiaron y se volvieron a cerrar.
La Luna ya había empezado a salir, en ella se reflejaba el anelo de rescate de la tibia mujer, en ella se escondieron los ojos y en ella terminaba el día agotado.
Con tres campanazos bastaba.

1 comentario:

Florencia dijo...

este texto. allá. allá arriba eh.

:)