jueves, 28 de febrero de 2008

456 hojas. Pensó que quizá ese sería el número justo. El lapso de tiempo necesario para poder enamorarse como tantas veces de los mismos personajes. A él le encantaba invadir esa realidad impuesta y tan fragil donde pasaba los mejores momentos de su vida, como bien dijo siempre. Entonces tomaba carrera y empezaba su vertiginosa nueva vida con el libro en sus manos como su único lasarillo, perdiendose entre los recovecos solo por puro gusto, para llegar así a la tan ansiada hoja 456. No sería raro que esta parte del proceso se lo viera literalemente con los pelos de punta. Le gustaba prevenir este momento ya desde la 324, corria de acá para allá preparando su lecho de muerte, donde moriria otra vez en manos de la agridulce hoja 456.
Y así cuando lo inevitable se acercaba, casi siempre pasadas las once de la noche, se lo veía recostarse calmo como un té de tilo tratando de imaginar, paralelamente a las últimas palabras, quien será el afortunado que le apague el velador.

viernes, 22 de febrero de 2008

nuevos vientos viejas coplas

Y derrepente ahí me enconté, como si hubiese despertado de un gran sueño. Obvservandome en el reflejo de un vaso usado mientras todos seguían en su discurso. ¿Cómo llegue hasta aquí ? casi aturdido intenté levantarme de mi silla del tantas veces visitado barsito de la calle humahuaca, "disculpen ahí vengo". Me alejé con un paso poco disimulado para confirmar lo creído. Otra vez la lluvia. Entonces recordé. Y ahí estaba de nuevo encontrandome mirandome en el reflejo de la lluvia pensando ¿cómo llegué hasta acá? si estaba hace unos minutos sentado 5 mesas atras con el grupito del bar de la calle humahuaca mirandome en el vaso escuchando las mismas quince anécdotas de siempre.

jueves, 7 de febrero de 2008

Recién solo pasó un día y ya te extrño como si fuese un año, se acerca la primer lluvia después de tantas lágrimas. No sé por qué deséo desahogarme en este rincón, ya que sería injusto cargarte de todas estas palabras, pero confío en seguir estando escondido en esta página. Sólo pienso en el reencuentro, ayer no s separamos con el llanto atragantado otra vez y te vi irte en el taxi mientras soltaba las lágrimas. Ay muñequita mis manos extrañarán tu cara, tus labios, tu cuerpo. ¡¿Cómo lograr consolarlas solamente con 6 cuerdas desafinadas, si sólo logro tocar para tí?! Cada nota es una lágrima, un grito de mi corazón. Haré todo lo que prometí. Voy a tratar de estar feliz y así poder reencontrarme con vos denuevo. Cuánto te amo mi chiquitita cuánto te extraño. Gracias por enseñarme lo que es el mar. Hicimos tanto juntos y nos espera mucho más. No te prometo que voy a dejar de soñar con almendra ni tampoco voy a dejar de extrañarte.

lunes, 4 de febrero de 2008